Imagen: siamese-twins by Leah Saulnier
LA LADRONA (parte segunda)
por Ana Sefern
Se cansó de intentar agradar, de mendigar sonrisas que a Violeta se le ofrecían gratis, y cuando Cris eligió a su hermana, algo en su interior se retorció hasta hacer clic.
Nuevas amistades, entradas y salidas, mucho alcohol, un romance peligroso con las drogas, risas estridentes tan mentirosas como su alegría. Sexo sin freno, sin tapujos, sin concesiones a los sentimientos; hombres elegidos a dedo -clinex de usar y tirar-, los más hermosos, depravados, lujuriosos, que tan solo le duraban una noche, media hora... a veces ni eso. Y no pedía más, no quería más; tan solo cumplir la misión de llenar momentáneamente su enorme vacío.
Tatoo by Sunny Buick
-¿Por qué lo haces? - le preguntó Violeta una mañana de domingo, antes de la comida familiar, al encontrarla derrumbada sobre la cama. La habitación olía desagradablemente a alcohol agrio, lo que indicaba que la noche anterior se la había bebido entera y a conciencia. Soledad entreabrió los ojos, la miró en silencio por entre las pestañas todavía cargadas de rimmel, y después se incorporó trabajosamente para encender un pitillo. -¿Por qué hago, qué? -preguntó con voz pastosa. -Eso, destruirte. ¿Tú te has visto? ¿Se puede saber qué demonios te pasa? A mi puedes decírmelo, Sol, soy tu hermana, puedes confiar en mi. -Los lazos fraternales están sobrevalorados, ¿no crees? -respondió Soledad aspirando una larga bocanada de humo. Su gemela la miró, desconcertada.
-No, no lo creo, ¡claro que no! y sé que tú tampoco. ¿Acaso te he ofendido en algo? ¿Te he fallado alguna vez? Si es así dímelo, ¡dímelo y hablemos!, pero deja de hacer estupideces. Mamá y papá están muy preocupados por ti, les haces sufrir comportándote de esta manera.
Soledad volvió a aspirar humo y lo expulsó por los orificios nasales acto seguido.
-No sé a qué te refieres... ¿De qué hablas? ¡Es que no tengo ni idea, joder! - soltó una carcajada que la hizo toser.
-No he venido a que me tomes el pelo ni a escuchar groserías, Sol.
-Bueno, pues no sé a - qué - coño - has - venido. ¿A darme la charla, a hacer de hermana guay? Por mi te podías haber quedado en tu perfecta casa con tu perfecto marido, tu perfecta hija y tu perfecta vida.
- Mamá tiene razón, no se puede hablar contigo.
-¿Me criticáis a mis espaldas? ¡cochinas cotillas conspiradoras! -espetó Soledad moviendo en el aire un dedo índice acusador. Rodó por la cama para aplastar el cigarro contra el cenicero de cristal que había sobre la mesilla de noche, cogió una maltrecha cajetilla de Camel, de la que sacó su último pitillo y lo prendió.
-¡No fumes tanto por el amor de Dios, esta habitación apesta! -protestó Violeta.
Soledad la miró airadamente.
-Ya tengo una madre, esa misma con la que me pones verde, así que voy sobrada, no necesito que vengas a tocarme lo que no suena. Si no quieres escuchar groserías, lárgate, si no quieres verme fumar, lárgate, si la habitación huele mal, lárgate. ¡Lárgate de una puta vez con tu perfume de zorra a donde yo no pueda olerte y deja de ser tan jodidamente santurrona!
Violeta se quedó callada durante unos segundos a causa de la sorpresa. Después, dio media vuelta y se dirigió a la puerta.
-¡Muy bien, como prefieras, no tengo por qué aguantar esto! Pero escucha: si lo que quieres es quedarte sola, te auguro que lo vas a conseguir por la vía rápida.
Y salió de la estancia dando un portazo.
Se canceló la armónica comida familiar.
Continuará...
- Mamá tiene razón, no se puede hablar contigo.
-¿Me criticáis a mis espaldas? ¡cochinas cotillas conspiradoras! -espetó Soledad moviendo en el aire un dedo índice acusador. Rodó por la cama para aplastar el cigarro contra el cenicero de cristal que había sobre la mesilla de noche, cogió una maltrecha cajetilla de Camel, de la que sacó su último pitillo y lo prendió.
-¡No fumes tanto por el amor de Dios, esta habitación apesta! -protestó Violeta.
Soledad la miró airadamente.
-Ya tengo una madre, esa misma con la que me pones verde, así que voy sobrada, no necesito que vengas a tocarme lo que no suena. Si no quieres escuchar groserías, lárgate, si no quieres verme fumar, lárgate, si la habitación huele mal, lárgate. ¡Lárgate de una puta vez con tu perfume de zorra a donde yo no pueda olerte y deja de ser tan jodidamente santurrona!
Violeta se quedó callada durante unos segundos a causa de la sorpresa. Después, dio media vuelta y se dirigió a la puerta.
-¡Muy bien, como prefieras, no tengo por qué aguantar esto! Pero escucha: si lo que quieres es quedarte sola, te auguro que lo vas a conseguir por la vía rápida.
Y salió de la estancia dando un portazo.
Se canceló la armónica comida familiar.
Continuará...
Pues no pensaba que iba a seguir así la cosa, me has sorprendido ;)
ResponderEliminarLas comidas familiares es lo que tienen a veces (incluso las que no se llegan a producir como esta) que mira, en parte mejor, porque sentarse a la mesa con esa mala "gaita" sería peor, jejejeje, no me hagas caso, hoy me da por enrollarme. Pues eso, que me ha gustado el capítulo de hoy, a ver como se arregla (si se arregla) la cosa.
Besos Nena!!
No sé si te he sorprendido para bien o mal pero, bueno, lo importante es no dejar indiferente.
EliminarDesde luego, lo mejor ha sido no comer en falsa armonía. Cualquier chispa hubiera prendido en el mantel jajaja.
Claro que te hago caso, todos los comentarios, opiniones y divagaciones me parecen estupendamente y no considero que te hayas enrollado.
No sé si se va a arreglar o no, a fin de cuentas no quería extenderme y ya lo estoy haciendo más de la cuenta jajaja. La que escribe no lo tiene claro.
Besos Laura!!
Ya me has quedado con la curiosidad de la segunda parte, gracias por tu comentario me quedo por tu blog, besitos
ResponderEliminarBueno, si es así volveremos a vernos por aquí en la tercera parte.
EliminarUn beso y bienvenida a Historias desde el Tren.
Hola Nena... muy buena segunda parte
ResponderEliminarAunque Soledad no me cae nada bien... creo que es victima de ella misma
Las drogas y el alcohol no son buenos consejeros
Ante la actitud de Soledad, comprendo que Violeta pueda llegar a cansarse
Sin embargo, espero que pueda ayudar a su hermana a salir de ese pozo negro en el que se ha metido
Besos y feliz martes
Hola Mela,
Eliminarla actitud de Soledad es insoportable pero, como muy bien dices, es víctima de sus propios rencores y es sabido que los odios y los rencores son más destructivos para quien los siente que para el destinatario.
Veremos si Violeta puede ayudarla o se cansa.
Besos, espero que estés teniendo un buen día.
Cuando una persona siente tanta amargura dentro de sí misma, creo que no puede valorar hasta qué punto es capaz de autodestruirse, tal vez no sea tan sólo aceptar que su hermana no es culpable de como las ven los demás, no sabemos a ciencia cierta cuánto pueden doler las cosas cuando una está pendiente de ellas al mínimo detalle, y algo que comenzó en la infancia con pensar, "a ella la sonríen" "a ella la quieren y la miman" "a ella.... y siempre a ella" La mente se bloquea y todo lo que uno intenta hacer para olvidar sirve únicamente para autodestruirse.
ResponderEliminarMe encanta tu relato, en serio, es una pasada como consigues enganchar al lector y estaba deseando que publicases la segunda parte, ni qué decir tiene que ya espero lo que sigue.
Besitos!!
El problema es que se convirtió en una costumbre insana que lleva practicando demasiado tiempo de manera solapada, a escondidas, y que ella no es consciente de lo que le está provocando. Sólo ha buscado, una vez tras otra, confirmar sus sospechas, refirmarse en sus propias razones.
EliminarMe alegra muchísimo que te guste el relato y que estés interesada en la continuación. Yo quería haberlo resuelto todo en un plis, pero no hay manera, chica, que no tengo capacidad de síntesis.
Besitos!!!
Caramba pues si que va fuerte la cosa. Ahora estoy un poco indecisa. En parte veo normal la pelea de hermanas y más siendo tan parecidas, pero por otro lado no sé como se va a desencadenar este relato. A ver con qué no sorprendes Nena.
ResponderEliminarUn beso!!!!
Bueno, si no sabes por dónde van a ir los tiros, mayor será la sorpresa. A lo mejor nos sorprendemos juntas, Lidia.
EliminarUn beso!!!
Que ganas tengo de seguir leyendo!!!!
ResponderEliminarEspero poder complacerte.
EliminarTe leo en silencio, luego si tal ... vuelvo, vale?
ResponderEliminarDicen que los gemelos son complemento, en este caso más que complemento son la cara y la cruz de una misma moneda,
Besos o Mordisco
Tu eliges
Como tú prefieras Escar Lata. Por cierto, bienvenida!!
EliminarTú lo has dicho: la cara y la cruz.
Como ya van muchos besos, venga... ¡un mordisquito!
Esperaba que en la segunda parte se suavizarian las diferencias pero han aumentado y mucho!!! Y es que cuando alguien mismo no se quiere?...dificilmente se les puede ayudar.
ResponderEliminarPaciencia para Violeta y a ver...¡qué intrigaaaa...
A escribir y pensar toca, besossss
Pilar
Exactamente, no tiene demasiada autoestima; siempre quiso ser como su hermana en lugar de preocuparse de ser ella misma.
EliminarRazón tienes, a ver cómo resuelvo yo ahora este intríngulis jajaja.
Besosssssssss
Ana María, muy linda historia, muy bien narrada, con un tema tanto actual como de desde siempre, dos hermanas totalmente distintas..con cual de las dos hermanas Ana María se sentiría mas representada?..Ana María es casada? ...
ResponderEliminarBendiciones...
Me alegra saber que te gusta la historia, el tema viene desde el inicio de los tiempos, las rencillas entre hermanos han existido siempre y aunque dicen que los gemelos tienen un vínculo especial y yo no lo dudo, no quiere decir que éste sea forzosamente de amor incondicional, aunque sea el más habitual, por fortuna
EliminarAna María es hija única, pero en un hipotético caso y, de momento, por lo que vamos conociendo, se identificaría con Violeta. Depende de cómo se desarrolle la historia podría cambiar de opinión... o no.
Ana María es casada, sí.
Un beso Luis
Bueno, de víctima ha pasado a ser la mala de la historia; veremos como sigue.
ResponderEliminarUno con sus hermanos puede llevarse bien, llevarse mal o, como me sucede, no llevarse...
Besos amiga!
Cierto, las cosas no suelen ser lo que parecen a simple vista y las personas menos. Una primera impresión rara vez es suficiente y, por lo general, injusto regirse sólo por ella.
EliminarAl ser hija única no tengo problemas fraternales, pero conozco algunos casos en que tener herman@s, más que una alegría, es una cruz.
Lamento que no tengas relación con ellos, dado que son tu sangre y sería lo ideal; después, las circunstancias se imponen y cada cual es muy dueño de decidir a quién quiere a su lado en la vida, sea familia o no.
Besos Juanh!
Es que no hay ni hubo nunca peleas; sólo son dos vidas paralelas que, al ser tan diferentes (dos mundos distintos diría yo) nunca se juntan...
EliminarBesos!
Ya. Bueno, es mejor así, sin malos rollos.
Eliminar"Obligarse" a mantener una relación por un motivo cosanguíneo simplemente, me parece una estupidez. Además, pienso que no se echa de menos lo que nunca se ha tenido.
Besos!
Que intriga con esta historia Ana!! me encanta como escribes.. y que tema el del conflicto entre hermanas.. me hace recordar situaciones personales.. aunque no parecidas a esta pero donde hay opiniones y formas de ser tan diferentes.. me sucede con mi hermana, somos el agua y el aceite! Besos!!
ResponderEliminarLas peleas entre herman@s suelen ser más habituales de lo que pueda parecer. Las riñas no dejan de formar parte de la cotidianidad, siempre y cuando se queden en eso, en diferentes formas de pensar y de ser, del todo lógicas, por otra parte. Me alegra saber que te quedas con la intriga y espero no defraudar tu expectación.
EliminarGracias por tus palabras, preciosa.
Un beso.
Cha-channnnnnnn. Qué pasará, qué pasará. me tienes intrigada.
ResponderEliminarUn beso y sigue escribiendo.
El desenlace está próximo, pronto se contestará tu pregunta.
EliminarSigue disfrutando del domingo.
Un beso!!
Bravo!!! sigue intrigante la historia…voy a la siguiente historia…
ResponderEliminarLa disfruto…
Me alegra mucho, Ceciely. Yo disfruto más si lo hacéis vosotr@s conmigo.
EliminarUn beso
Super interesante, tengo ganas de llegar al final.Besicos
ResponderEliminarPues sigue adelante.
EliminarGracias.
Besicos
No hay peor cosa que la envidia y la ingratitud. Tu relato me cola porque me recuerda a alguien de mi entorno qu es como soledad
ResponderEliminarUf, pues hay que guardar las distancias.
Eliminar