Image by Susan McKivergan
Una noche de luna llena paseando mi mísera tristeza por los acantilados, descubrí una sirena sobre la roca, reposando.
Me quedé varado, en el acto hechizado, aunque mi cabeza me advertía que no es de recibo una mujer pescado.
Pequeñas olas chocaban contra la roca salpicando gotitas de espuma blanca y reflejos plateados. La brisa, húmeda y salada, traía consigo murmullos de un dulce canto.
La sirena estaba inmóvil, frente a sí observando; espié intrigado el horizonte y en la lontananza divisé un pequeño velero navegando.
Arrobado quedé entonces por tan bella estampa, la de la hermosa mujer pez que a su amado aguardaba. Unos repentinos celos se adueñaron de mi alma y robar quise la suya, tan sólo para mi. Con la hipnótica melodía encandilando mis sentidos salté sobre las rocas cual papanatas enamorado y, llegando hasta su lado, los brazos extendí.
Mi sirena volvió la cara, sonrisa más exquisita yo nunca la vi. Respondió a mi abrazo y, de un plumazo, cabriolando entre las olas, me sentí el hombre más feliz.
En mis oídos rugió el mar, mis pulmones de agua hinchió pero, sobre esa pequeña tormenta, cantaba mi bella morena su delicioso canto de sirena, mientras el velero se alejaba de allí.
Muy bonito Ana... las sirenas siempre han despiertado desde tiempos inmemorables esas fascinantes pasiones. Me alegro mucho de volver a visitar tu blog.
ResponderEliminarUn cariñoso y cálido abrazo.
Besitos
Hola Pilar, yo me alegro de tu visita, ya sabes que eres bien recibida siempre.
EliminarUn bso grande.
jajaja... El incauto era un espía, además de un celoso... y también quiso robar
ResponderEliminarCreo que mejor le hubiera ido dejar a la mujer pez, que su cabeza bien le dijo que no era de recibo, que aguardara al amado del velero ;-)
La imagen es preciosa, y el texto divertido
Besos
Más le hubiera valido sí, pero este hombre se volvió excesivamente posesivo jajaja.
EliminarGracias Mela.
Uy que picara sirena que siempre mata a los incautos marineros. Me gusto mucho esta historia te mando un beso y te deseo una linda noche
ResponderEliminarTan hermosas y taaaan malvadas jajaja.
EliminarUn beso, guapa, que pases un feliz día.
Cada vez que entro aquí consigues transportarme a otros mundos. La música de fondo, los bellos espejismos escritos que hacen pensar en remotos confines oníricos...
ResponderEliminarUn beso ;)
Me encanta que viajes con mis cuentos. Gracias, Ray.
EliminarUn beso :)
Hola Nena!!!!
ResponderEliminarEl embrujo de las sirenas ¿mitología? Seguro que sí, pero siempre da pie a hermosas historias y sobre todo con ese halo de hipnotismo que llena de amor a quien cae rendido a sus encantos.
Besitos
Así es, FG. Mitología o no, nos lo tendrían que decir quienes se vieron hipnotizados por su extraño canto, siempre que consiguieran salir indemnes de él... o incluso salvarse por los pelos ;)
EliminarUn besito
Hola Nena , mientras ley me imagine que cuando la bella sirena arrastraba al pobre incluso al fondo del mar , él sería la cena de las salvados sirenas .la verdad es que tiene mucho suspense me a gustado mucho tú relato la foto es perfecta para este relato .
ResponderEliminarBesos de flor .
Sí Flor, fue así, no se si se lo cenó o lo esclavizó allá en el fondo del mar, el caso es que los del velero se libraron de una muy gorda y al pobre hombre que paseaba tranquilamente lo embrujó sin remedio.
EliminarUn abrazote.
Una hermosa historia de amor con sabor a mar. Me gustan las sirenas, el mar y desde luego, el amor, así que has dado en el clavo.
ResponderEliminarBesos
Me alegra haberlo hecho, Julia. Gracias por pasarte.
EliminarBesos
Hermoso me encantó!!!
ResponderEliminar¡Gracias!
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